Alboraya (Valencia) 2017 Sup. 665 m²
Esta vivienda se sitúa en la localidad de Alboraya, en la zona fronteriza entre la retícula urbana y una gran extensión de huerta de chufa y hortalizas.
Las divisiones de las fachadas y la combinación de materiales y texturas generan un juego que recuerda a las parcelaciones típicas de la huerta.
Entre medianeras
Se trata de una casa entre medianeras situada en la esquina de una manzana residencial, por lo que goza de la comodidad de las viviendas urbanas a la vez que cuenta con unas amplias vistas sobre la huerta que se desdibujan en el horizonte.
Reinterpretación de la parcelación de la huerta
La fachada es el resultado de la combinación de unos grandes paños blancos de krion, unos abocinados de madera de iroko y las lamas que, según su posición, la textura y la materialidad varía. Todos estos elementos quedan ordenados dentro de un sistema de juntas que cohesiona el conjunto.
Perforaciones en la envolvente
La materialidad de la fachada se prolonga por la cubierta a cuatro aguas para reforzar la envolvente abstracta de la vivienda. Al conjunto de la cubierta se le sustraen dos volúmenes que conforman la terraza y el patio.
Esculpiendo el volumen
Para resolver este proyecto se plantea una envolvente geométrica limpia, blanca y abstracta, a la que se le practican unas perforaciones que generan las aperturas de la casa. Estas sustracciones dejan ver un interior de madera de gran calidez que contrasta con la pureza del resto de la fachada.
Las salpicaduras de madera marcan los accesos, tanto el peatonal como el rodado, las balconadas de la cocina y el salón y la gran terraza-mirador que corona la vivienda. El resto de huecos se cierran con lamas motorizadas de Krion blanco en su cara exterior que al abrirse muestran el interior de madera.
El mirador de la huerta
Se propone una casa íntimamente ligada al paisaje de huerta de la zona gracias a la generación de espacios destinados a su contemplación.
Desde el gran ventanal del salón y desde la terraza se obtienen unas vistas panorámicas sobre la huerta que se pierden en el horizonte.
Tonos naturales
Las zonas claras se materializan con krion blanco en la fachada, un pavimento de gran formato en un tono arena y paredes y techos pintados de blanco. Las zonas oscuras se cubren con tableros de madera de iroko en paredes, armarios y techos y una piedra marrón oscuro en el pavimento. El mobiliario siempre se coordina con la tonalidad del espacio que ocupa.
Conexión vegetal
En el centro de la vivienda se ubica un patio donde un muro vegetal articula verticalmente todo el conjunto. Además de iluminar el centro de la casa, oxigena y refresca el ambiente gracias a la textura verde que genera en cada planta.
-
Arquitecto
Ramón Esteve
-
Arquitectos
ColaboradoresEstefanía Pérez
Anna Boscà
Víctor Ruiz
María Martí
María Parra -
Arquitecto Técnico
Emilio Pérez
Carolina Tarazona -
Colaboradores
Tudi Soriano
Isabel Meyer -
Fotografía
Mariela Apollonio
-
Audiovisual
Alfonso Calza
-
Música
Henry Holzwarth
Papu Sebastián
-
Vivienda eficiente
-
Planos
-
Maquetas