LA FABRICACIÓN DEL
INTERIOR
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Raymond Loewy y el diseño Streamline #Raymond Loewy

Edificio-Chrysler

El movimiento del streamline representa uno de los fenómenos más significativos de la historia del diseño norteamericano. Nació a principios de los años 30 vinculado a la industria del transporte, con la coartada técnica de conseguir una forma aerodinámica que limitara la resistencia del aire o el agua y aumentara la velocidad de coches, trenes, aviones y barcos, pero llegó a abarcar todo tipo de objetos y tamaños en una unidad estilística claramente reconocible.

Entre sus muy diversas influencias se encuentran el Futurismo italiano, con las ciudades utópicas de Antonio Sant’Elia, y arquitectura expresionista como la de Eric Mendelsohn. De ellos extrae el culto a la velocidad, entendida como símbolo de la modernidad, y una imagen que surge de la conformación del objeto en vez de por la aplicación de motivos decorativos.

“Un motivo por el que damos un perfil aerodinámico a tantos objetos, cosas que jamás se moverán (…) reside precisamente en la calidad dinámica de la línea que aparece en las formas aerodinámicas, y tal calidad es característica de nuestro tiempo.” Walter Dorwin Teague, Design This Day: The Technique of Order in the Machine Age, 1940 

El diseño streamline se convirtió rápidamente en sinónimo de modernidad a los ojos del público y produjo uno de los edificios más característicos del perfil de Nueva York, el edificio Chrysler, significativamente vinculado a la industria del automóvil. Aun así su importancia en arquitectura fue efímera y se recuerda sobre todo por la obra de diseñadores como Raymond Loewy, conocido por las locomotoras para Pennsylvania Railroad o automóviles como los Studebaker y el Lincoln Continental. El trabajo de Loewy abarcó todas las escalas, desde la imagen corporativa de marcas como Lucky Strike a interiores como los de las terminales de TWA.