LA FABRICACIÓN DEL
INTERIOR
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La silla superleggera de Gio Ponti #Gio Ponti

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Dentro de la amplia y variada obra de Gio Ponti se encuentran algunos de los hitos de la modernidad en Italia, como la Torre Pirelli o la silla Distex. Pero también existe una parte de su obra en la que mantiene un fructífero diálogo con la tradición.

A finales de los años treinta, Ponti realizó una serie de proyectos en la costa italiana, como la villa Marchesano en Bordighera o el hotel San Michele en Capri, en los que buscaba una síntesis entre la arquitectura moderna y la arquitectura popular construida a orillas del Mediterráneo. En los años cincuenta, Ponti volvería a encontrar esa síntesis en la obra de José Antonio Coderch y la difundiría a nivel internacional en su papel de editor de la revista Domus.

En 1952 Ponti se inspiró en el sistema estructural de la chiavarina, una silla construida por artesanos ligures desde principios del siglo XIX y presente en gran parte de los hogares italianos. A partir de esta silla tradicional, Ponti desarrolló para Cassina la silla Leggera, de madera de fresno y asiento de caña de India trenzada. Ligera pero robusta, cuando Ponti la lanzaba desde la ventana de su despacho en una cuarta planta para demostrar su resistencia, la silla Leggera rebotaba sin romperse ante el asombro del público reunido.

El desarrollo de la silla Leggera dio lugar, tras cinco años de experimentación en los que se aplicaron los métodos de cálculo más avanzados, a la silla Superleggera, tan ligera que podía sostenerse con un solo dedo. La silla Superleggera, con un peso de 1,7 kilos, se caracterizaba por sus esbeltísimas patas de sección triangular y se convirtió instantáneamente en un icono del diseño. Con esta silla, Ponti definió un nuevo concepto de elegancia a partir de la sobriedad del mobiliario popular.