La arquitectura es un cristal #Gio Ponti

Gio Ponti fue un referente constante para el diseño y la arquitectura italiana a lo largo de su extensa trayectoria profesional, desde que fundó la revista Domus en 1928 hasta sus proyectos internacionales de los años 60. Pero fue principalmente en los años 50 cuando Ponti construyó sus obras más recordadas, como las sillas Distex para Cassina o el inconfundible rascacielos Pirelli en Milán.

Para este edificio, conocido popularmente como il Pirellone, Ponti reunió a un equipo de diseñadores entre los que se encontraba el célebre ingeniero estructural Pier Luigi Nervi. Juntos trabajaron en las posibles soluciones estructurales para la torre. El resultado son 31 forjados en voladizo que cuelgan como ramas en un árbol de dos pares de troncos de hormigón que se van afilando a medida que aumenta su altura y disminuye la carga a soportar. Los dos extremos triangulares de la torre, rematados por una rasgadura vertical, permiten rigidizar el conjunto, coronado a su vez por una esbelta cubierta que parece flotar.

Pero cuando es pura, también la arquitectura del hormigón armado es pura y nítida como un cristal; es, como un cristal, puro reflejo de leyes físicas: al mirarla contra el cielo produce la misma impresión de precisión. Gio Ponti, Amate l’Architettura, 1957

Esta misma fusión de función, estructura y forma reducida a lo esencial recorre todos los aspectos de la obra de Gio Ponti. Un claro ejemplo de la aplicación de estos mismos principios es la silla Superleggera de 1957, radical estilización de las tradicionales sillas de Chiavari. En la torre Pirelli, Ponti diseñó también el interior y el mobiliario de oficina con la misma elegante eficiencia de la estructura. El resultado final es un edificio que representa la imagen corporativa de la empresa Pirelli mucho mejor que cualquier campaña publicitaria.