Esta revisión se hace visible en algunos detalles, elementos decorativos y cerrajería; como por ejemplo en los aleros de cubierta, balcones y mallorquinas. Además, se adopta la composición de huecos típica de la arquitectura del ensanche, donde se marca la verticalidad y se evitan los grandes ventanales horizontales.

Un zócalo de piedra sostiene el edificio desde la planta baja, mientras que la parte alta queda rematada por la planta ático, definida en un tono más oscuro que el resto, dividiendo así el bloque visualmente en tres cuerpos horizontales.

Intervención urbana

Se interviene en una trama urbana incompleta, prolongando la calle Turia hasta la Plaza Rojas Clemente y dividiendo la manzana en dos más pequeñas con el fin de consolidar y conectar el tejido urbano. Como consecuencia, aparecen dos parcelas a cada lado de la calle.

El resultado son dos edificios nuevos completamente equipados e integrados en su entorno mediante una revisión contemporánea y depurada de la arquitectura típica de la zona, que a su vez dan lugar a una nueva calle que comunica dos puntos de referencia en la ciudad de Valencia como son el Mercado Rojas Clemente y los Jardines del Turia.