LA FABRICACIÓN DEL
INTERIOR
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Propuestas desde un futuro pasado #archigram

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Fascinados por la tecnología y la ciencia-ficción, las propuestas más conocidas realizadas por grupo británico Archigram durante los años 60 reflejaban la vida en un futuro en el que las ciudades y las viviendas se comportaban como mecanismos. En su interior, el mobiliario de acabados redondeados y vivos colores nos lleva a pensar en una posible fabricación en plástico mediante moldeado por inyección.

Un producto más apto para el consumidor debe ofrecer algo mejor y distinto que la vivienda tradicional; debe estar íntimamente relacionado con el diseño de coches y neveras y en directa competencia con la tradición… Buscamos una idea, un nuevo idioma vernáculo, algo que nos aproxime a las cápsulas espaciales, a los ordenadores y a los envases desechables de esta era atómico-electrónica. Warren Chalk La arquitectura como producto del consumido, 1967

Pero Archigram también dedicó su atención e imaginación a una escala más cercana al usuario, generando artefactos híbridos de difícil clasificación. Michael Webb proyectó objetos como el “Cushicle”, mezcla de coche, tienda de campaña y remolque, con diversas posiciones que permitía transportar individualmente “un medio ambiente completo” y constituye parte de un sistema urbano de “burbujas personalizadas”. También propuso el “Suitaloon”, un traje que contenía toda clase de mecanismos y podía expandirse hasta formar un entorno habitable individual.

En otra línea de propuestas, como el proyecto “Drive-in-Housing” o las exposiciones “Living 1990” y “ Beyond Architecture”, se partía del concepto de lugar indeterminado. En “Living 1990” el espacio habitable venía configurado por las distintas disposiciones de unos pequeños “media-trolley”, muebles que recordaban a los robots y que incluían toda clase de aparatos relacionados con las telecomunicaciones. Así pues, la vivienda dejaba de concebirse como un sistema de habitaciones amuebladas para pasar a pensarse como un único espacio neutral que podían organizarse de nuevo una y otra vez para acoger todas las funciones diarias.